La mediación es procedimiento estructurado y voluntario en el que dos o más partes intentan alcanzar un acuerdo con la intervención de un mediador neutral, lo cual evita largos porcesos judiciales con un ahorro sustancial de costos

La ley establece la obligatoriedad de intentar la mediación u otros Medios Adecuados de Solución de Controversias (MASC) antes de iniciar un proceso judicial en materias civiles y mercantiles.

Esto significa que, en muchos casos, las partes deberán acreditar que han intentado llegar a un acuerdo a través de la mediación antes de poder presentar una demanda ante un juez.

Esta obligatoriedad no se aplica en materias concursales, laborales, penales ni en asuntos donde una de las partes sea una entidad del sector público.

Acceso a la justicia más ágil y económico:

La mediación permite resolver conflictos de manera más rápida y eficiente que los procesos judiciales tradicionales, lo que reduce los tiempos de espera y los costos asociados.

Esto facilita el acceso a la justicia para aquellos que no pueden permitirse largos y costosos litigios.

Soluciones personalizadas y satisfactorias:

A diferencia de las sentencias judiciales, que imponen una solución, la mediación permite a las partes diseñar acuerdos a medida que satisfagan sus necesidades e intereses.

Esto aumenta la probabilidad de que los acuerdos sean cumplidos y de que las relaciones entre las partes se mantengan.